Giro d'Italia
28-05-2010 19:55:27
CEDIÓ LA MAGLIA ROSA A IVAN BASSO PERO DIO UN RECITAL EN EL DESCENSO DEL MORTIROLO
El corredor del Caisse D'Epargne cedió terreno en el ascenso del Mortirolo pero logró superar a todos en el descenso menos a los escapados Basso, Nibali y Scarponi · En Aprica no contó con la ayuda de Sastre, Evans, Vinokourov y Gadret y el liderato fue para Basso · 'Zapatero' se hizo con la victoria de etapa
David Arroyo perdió la maglia rosa de la general pero dio toda una auténtica exhibición de fuerza y casta. El talaverano subió solo el Mortirolo y dio un recital de cómo se desciende a tumba abierta. Sin embargo, sus compañeros en carrera no quisieron ayudarle en su lucha y al final Basso se colocó líder. El vencedor de la decimonovena etapa fue Scarponi en una dura y excelente etapa de montaña que tuvo de todo.
No pudo ser. Parecía que el hecho de que el talaverano pudiera conservar el liderato era como una gesta imposible, pero lo cierto es que el corredor del Caisse D'Epargne estuvo más cerca que nunca de seguir vistiendo una maglia que ha defendido como un auténtico jabato y un estupendo profesional.
La de hoy era una etapa temible por todos, no sólo para él. Con inicio en Brescia y final en Aprica, el pelotón debía completar un recorrido de 195 kilómetros plagado de rampas, descensos y tres puertos como principales obstáculos, con el permiso del último tramo hasta Aprica.
Garzelli movió la carrera
La carrera contaba con una escapada del día compuesta por nueve corredores donde el más destacable era Xavi Tondo. Todos ellos lograron coronar el primer puerto del día, el de Aprica, de segunda categoría, con una diferencia cercana a los 5 minutos. Pero después llegaría el primer gran puerto de la jornada, el de Trivigno, de primera categoría, y que seviría para hacer una primera selección.
Los escapados iban cayendo y al final se formaba una cabeza de carrera formada por Samoilau, Rodríguez y Duque, que eran perseguidos por Garzelli y su compañero rezagado, Failli. En el pelotón, el Liquigas era el encargado de tomar las riendas e imprimir un duro ritmo sobre los pedales con el fin de quemar a los rivales.
Coronado el Trivigno y terminado su descenso comenzaba el espectáculo, el gran momento que todos esperaban: el Mortirolo. Al poco de iniciar la ascensión, Garzelli ya era cabeza de carrera junto a Samoilau. Sin embargo, al diferencia era muy escasa y su aventura no iba a ninguna parte porque los pesos pesados llegaban por detrás y golpeando fuerte.
Arroyo cedió al comenzar el Mortirolo
Tanto es así que el excelente trabajo del Liquigas logró dejar atrás a Arroyo en las primeras rampas, algo que no estaba previsto que sucediera tan pronto. Pero de imprevistos fue la jornada. Los corredores iban cayendo del grupo y la selección de corredores dejó a sólo los hombres importantes en cabeza.
El tirón de Nibali y Basso sacó de rueda a sus rivales y más tarde eran Sastre y Vinokourov los que se quedaban descolgados. Las piernas de los de Liquigas respondían, no así las de Evans, que era otro de los damnificados y quedaba cortado. Garzelli era entonces neutralizado por Basso, Nibali y Scarponi, la cabeza de carrera hasta el final de la etapa. Pero quedaba mucho por ver.
Después de formarse un grupo con Vinokourov, Sastre, Gadret y Evans, el kazajo lanzaba un ataque y se iba en solitario. Por su parte, el australiano se volvía a descolgar y Arroyo, que seguía con su particular ritmo de crucero, ya le tenía como referencia.
Los tres de cabeza coronaban el Mortirolo y comenzaba entonces el descenso, donde se pudo ver uno de los mejores espectáculos del día. Vinokourov pasaba a 55 segundos. Más tarde lo hacían Sastre y Gadret y después, Evans. Arroyo hacía lo propio con una diferencia cercana a los 2 minutos con respecto al grupo de Basso.
Un descenso ejemplar y vertiginoso
Pero el talaverano se la tenía que jugar en el descenso. Se puso el mono de trabajo y bajó a tumba abierta dando una verdadera exhibición que será recordada por todos como un perfecto ejemplo de cómo se negocian las curvas pese a lo mojado del asfalto. Poco tardó el corredor del Caisse D'Epargne en cazar a Evans y pasarlo como un rayo.
Después llegaba el turno de pasar a Sastre y Gadret y la ventaja con los de delante seguía bajando también. Por delante, su próximo objetivo era Vinokourov, otro experto en las bajadas, que no daba crédito cuando miraba atrás y veía a la maglia rosa acercándose como si fuera un trailer sin frenos.
Parecía que la sociedad con el kazajo era perfecta ya que logró ponerse a 41 segundos del grupo de Basso, Nibali y Scarponi. Esto significaba que había recortado más de un minuto sólo en el descenso con respecto a la cabeza de carrera, algo sencillamente descomunal.
Arroyo tuvo que tirar de un carro pesado y sin ambición
Pero la etapa todavía guardaba una pequeña gran trampa. Se trataba del falso llano de los últimos casi 13 kilómetros con final en Aprica. Antes de iniciarlo, Arroyo y Vino quisieron esperar a Sastre, Evans y Gadret para entre todos poder recortar la distancia y conectar con los de delante. Una decisión entendible pero que a la postre salió mal debido a la racanería de los 'invitados' a la fiesta de Arroyo.
El entendimiento entre este grupo de perseguidores era nulo pese a la desesperación de Arroyo, que veía como la ventaja de los de cabeza volvía a crecer como la espuma. Basso, Nibali y Scarponi se ponían de acuerdo para asaltar el liderato del talaverano, que tiraba de un carro pesado que no estaba por la labor de colaborar.
Ni siquiera hombres como Evans, quizás el más interesado en darles caza para no perder su oportunidad de hacer algo grande en este Giro. Al final, los intentos de Arroyo por convencer a sus compañeros fueron inútiles y Scarponi se llevó la victoria de etapa ante el consentimiento de Basso y Nibali, que recogieron las bonificaciones. Después era el turno del grupo de Arroyo que llegaba a más de 3 minutos de diferencia con lo que el talaverano decía a diós a la maglia que había vestido durante seis días. Una pena, pero nada se le puede reprochar a un corredor que corrió con el alma de un ganador.
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