El italiano ganó la cronoescalada de Polsa por delante de Samuel, a 58 segundos. El líder de la carrera alejó a Evans a 4:02, y a Urán, a 4:12.

Vincenzo Nibali dejó el Giro 2013 visto para sentencia. El Tiburón, que ansiaba una victoria de etapa, ganó sobrado la cronoescalada en la estación de esquí de Polsa (sobre 20,6 km), amplió su ventaja de manera abultada respecto a todos sus rivales y transmitió una tremenda sensación de fortaleza y superioridad. A no ser que ocurra una catástrofe, no parece que exista nadie capaz de meterle mano de aquí al domingo. Alejó en la general a Evans a 4:02; a Urán, a 4:12; y a Scarponi, a 5:14. Estos tres corredores deberían disputarse las otras dos posiciones en el cajón de Brescia.

Samuel Sánchez, que había completado una carrera bastante discreta para sus aspiraciones, lograr un triunfo parcial o subir al podio, se colocó en meta como primero provisional, con 45:27. La fuerte lluvia que empezó a caer nada más entrar favoreció al asturiano, pero Nibali, que a punto estuvo de doblar a Evans, rebajó su marca en 58 segundos. La estupenda actuación de Samuel le permitió meterse en el top-ten. Beñat Intxausti también conservó su plaza entre los diez primeros, como noveno.

Este viernes se subirán el Passo del Tonale (8,3 km al 7,5%) y el Passo Castrin (8,4 km al 9,6%) en sustitución del Gavia y el Stelvio, impracticables por las bajas temperaturas y la abundante nieve acumulada. El final se mantiene en Val Martello. La organización espera que mejore el tiempo en las próximas horas para poner en marcha el sábado el tappone dolomítico, a pesar de las nevadas que han cubierto también Giau, Tre Croci y Lavaredo.

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