Donostia/San Sebastián
01-08-2009 20:40:42
aventajó en los metros finales a su compañero de fuga, el checo Roman Kreuziger
Primera victoria del Quick Step tras un Tour de Francia para olvidar
El ciclista asturiano Carlos Barredo del Quick Step, se adjudicó la vigésimo novena edición de la Clásica de San Sebastián, prueba perteneciente al calendario Pro Tour. La prueba se disputó sobre un recorrido de 237 kilómetros con seis puertos en su recorrido.
Barredo aventajó en los metros finales a su compañero de fuga, el checo Roman Kreuziger, del Liquigas, que terminó segundo. El corredor ovetense sorprendió al grupo de favoritos para vencer en el boulevard donostiarra al arriesgar en el descenso a los dos últimos puertos de la jornada, los Altos de Jaizkibel y de Arkale, ambos marcados por el peligro causado por la lluvia.
En cabeza en todo momento
El corredor del Quick Step estuvo en cabeza en todo momento por delante de los hombres del Caisse d'Epargne y del Euskaltel, que no pudieron controlar la carrera.
De este modo, Barredo alcanza su mayor recompensa tras cinco años como profesional, en los que suma un total de cuatro triunfos tras las victorias de etapa firmadas en 2004 en la Vuelta a Asturias, en 2006 en el Tour Down Under y el pasado año en la París-Niza.
Punto de inflexión: el alto de Jaizkibel
La competición donostiarra volvió por segundo año consecutivo a estar marcada por los dos puertos finales, los Altos de Jaizkibel y de Arkale, -ambos a treinta y dieciséis kilómetros de meta, respectivamente-, y cuya ascensión fraccionó el pelotón hasta reducirlo a una hilera de favoritos, entre los que destacaban elpasado vencedor, Alejandro Valverde (Caisse D'Epargne) o el campeón olímpico en Pekín, Samuel Sánchez (Euskaltel).
Tras cubrir los primeros 200 kilómetros de la prueba, la avanzadilla de participantes rompió su monotonía con la subida a la primera de las dos cotas restantes del concurso vasco, y en la que destacaron los ataques de Yevgeni Petrov (Katusha) y de Barredo.
El descenso estuvo plagado de caídas
El descenso al coloso vasco estuvo caracterizado por las caídas y por las precauciones del pelotón principal, comandado por los gregarios del Caisse d'Epargne y del Euskaltel, que en ningún momento pudieron dar caza a la cabeza de carrera, que sacó ventaja de los riesgos asumidos y aventajó en cuarenta segundos al pelotón al subir el Alto de Arkale.
Tras superar la última dificultad montañosa de la jornada, Luis León Sánchez, Pierrick Fédrigo, Roman Kreuziger y Kim Kirchen (Columbia) dieron caza a la dupla líder, y tras varios intentos de escapada, fueron finalmente el joven corredor checo del Liquigas y Barredo los que se jugaron el 'sprint' final, siendo el asturiano el vencedor al sobreponerse a los esfuerzos a sus últimos kilómetros escapado.
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