s increíble encontrar un pivote en medio del esprint, para matarse", protestaba Intxausti
José Herrada, entre los heridos en la Gran Vía de Bilbao

La etapa iba perfecta hasta que a falta de 400 metros, en la ancha Gran Vía bilbaína, el pelotón que rodaba en cabeza se encontró con un bolardo, pivote o como quieran llamarlo, dentro del recinto vallado. El accidente era inevitable. Los más rápidos lo libraron y el mejor de todos fue el australiano Michael Matthews (Orica), primer líder de la Vuelta al País Vasco.

"Sí, ha sido un pequeño fallo", comentaba con cautela Nairo Quintana, obligado a frenar brucamente y a dominar el derrape de la rueda trasera de su bici. Sin caerse, el cronómetro le contabilizó 20 segundos de retraso respecto al grupo de Matthews, que venció en el esprint al campeón del mundo, Michael Kwiatkowski (Etixx) y al ruso Ilnur Zakarin (Katusha). Pero mediando caída tan cerca de la meta, la pérdida queda reducida a cero.

Quien mostraba más indignación era Beñat Intxausti, que no comprendía que pasaran por alto la presencia de ese obstáculo en la larga recta de la Gran Vía."Es increíble encontrar un pivote en medio del esprint, para matarse", protestaba.

En el Movistar Team, el perjudicado por el bolardo fue José Herrada, con heridas superficiales por todo el costado izquierdo. También cayeron Sergio Pardilla (Caja Rural), Nicolas Edet (Cofidis), Peter Stetina (BMC) y Adam Yates (Orica), que terminaron en los hospitales de Vizcaya.

Todo lo demás, perfecto. Un buen ganador de la primera etapa, un excelente segundo clasificado y mucho combate a lo largo de los 162,7 kilómetros inaugurales de la 'Itzulia'.

El Movistar evitó durante las tres cuartas partes del kilometraje que la escapada que se formó a dos kilómetros del pistoletazo de salida no se fuera muy lejos. Se permitió un margen máximo de siete minutos a Omar Fraile (Caja Rural-RGA), Anthony Turgis (Cofidis) y Brian Bulgac (Lotto NL). El de Santurce fue quien más tiempo y mejor enseñó su maillot y como premio final subió al podio a recoger los premios de la montaña y de las metas volantes.

En algún momento, Eugenio Goikoetxea y el mismo Omar pensaron que podría llegar milagrosamente en solitario a la Gran Vía, pero los sueños se deshicieron en la segunda ascensión al Vivero, por la vertiente más dura, donde el escapado cayó por su propio peso ante el empuje de los equipos que ya se tomaron en serio la pelea por la victoria inaugural.

La victoria de Matthews en un grupo de 50 corredores se podía vaticinar sin demasiado riesgo de error. Ahora falta por ver si el Orica defenderá el maillot, aunque la segunda etapa, entre Bilbao y Vitoria, también se adapta perfectamente a las ambiciones del corredor australiano. El equipo de Neil Stephens tiene varias bazas para la general, entre ellas las del Yates superviviente, Simon, y el prometedor colombiano Esteban Chaves.




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