10-09-2008 21:56:32
El triple campeón mundial de fondo en carretera y aspirante al título en Varese, Óscar Freire, ofreció una clase magistral de cómo se disputa un esprint al adjudicarse la undécima etapa de la Vuelta en Burgos, en un codo a codo antológico con el belga Tom Boonen. "Ha ganado un gran campeón", dijo el italiano Paolo Bettini, sabio en materia de títulos (2 del mundo y 1 olímpico). Y no le faltó razón, ya que el pulso que mantuvo con Boonen fue antológico.
A la tercera fue la vencida, se colocó bien y se pegó a Boonen hasta el momento de la gran remontada. Espectacular el cántabro, que firmó un tiempo de 4h19m27s en el trayecto de 178 kilómetros entre
Calahorra y Burgos. Freire, de 32 años, se retirará este jueves, en Suances, su tierra, con el objetivo cumplido de pescar una etapa. Antes de irse a soñar con el cuarto maillot arco iris, marcó el territorio ante Boonen y el argentino Juan José Haedo (CSC), los que discutieron sin éxito el triunfo al español. El alemán Erik Zabel (Milram) se conformó con la cuarta plaza y Koldo Fernández de Larrea (Euskaltel) se metió entre los grandes. Fue sexto.
En la general, la etapa que unió La Rioja y Castilla no alteró el orden. Un día más Egoi Martínez (Euskaltel) conservó el jersey oro, un trofeo que se acerca a su fin, pero que de momento harta de felicidad al ciclista navarro. Leipheimer le sigue a 11 segundos y Alberto Contador es tercero a 32.
La etapa estuvo marcada a fuego por los equipos de los esprinters, que no pueden desaprovechar las opciones con Asturias a la vuelta de la esquina, también por algunos guepardos que debían "mojar" para saldar cuentas y cargarse de moral para el Mundial, caso de los Freire, Bettini y Boonen. Hasta el duelo a alta velocidad, el mismo guión de siempre. Escapada consentida y luego controlada y caza cerca de la meta. En esta ocasión animaron la etapa el gallego Serafín Martínez (Xacobeo), José Antonio López (Andalucía), el 'tragamillas' plusmarquista mundial de kilómetros en fuga y el ucraniano Andrey Grivko (Milram). Una diferencia máxima de 5 minutos en el kilómetro 48 evidenciaba el futuro del proyecto aventurero. Euskaltel, Lampre y Rabobank se pusieron manos a la obra para estabilizar el retraso en torno a los 2 minutos al por la cima del Puerto de Valmala (3a), y a cinco kilómetros de meta se acabó el sueño del trío animador.
Bettini dejó las pocas fuerzas que le quedaban para poner el pelotón en fila india, después sus compañeros del Quick Step montaron el tren para Boonen, de manera que el belga tenia todo a favor para llegar victorioso a Burgos. Con el esprint loco apareció Óscar Freire, maestro en el arte de buscarse la vida, ingeniero de la colocación y catedrático a la hora se definir. Todo un Cid Campeador al esprint, un campeón que nunca falla, que siempre aparece en el momento oportuno.
Freire firmó con su sello la séptima victoria de etapa en la Vuelta, también la séptima de la temporada. Dos veces ganador de la Milán San Remo y último maillot verde del Tour, el cántabro dejará la Vuelta con el reciente recuerdo de entrar en meta con los brazos en alto. Y ya los tiene preparados para el Mundial de Varese. Donde pone el ojo....
La Vuelta entra en Cantabria con la disputa de la duodécima etapa entre Burgos y Suances, de 186 kilómetros. Un perfil ondulado, con los altos de Bocos (3a), Portillo de Lunada (2a) y Caracol (4a) en el camino. El final tiene 1.000 metros al 5,2 por ciento, ideal para Valverde.
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